Joan Tubau
Entre la masiva asistencia del público madridista en Catalunya, que en el feudo del Espanyol se encuentra como en casa, y las simpatías que tiene el Real Madrid entre la afición españolista, que ve en el equipo blanco al "Primo de Zumosol" que planta cara al Barcelona como no sabe hacerlo el Espanyol, la visita del Real Madrid a Cornellá constituyó una nueva afirmación de madridismo en un recinto deportivo catalán. El azul se borró de la graderío para convertirse en un tono monocolor blanco de apoyo al equipo visitante. Parecía que el Real Madrid jugaba en el campo Di Stéfano de la Ciudad Deportiva merengue un partido de entrenamiento.
El "Mini Bernabéu", como ya se conoce al campo de Cornellá entre los aficionados barcelonistas, se rindió antes de empezar a los jugadores del Real Madrid. Y, lo de siempre, "Puta Barça" y "Hala Madrid". Ovaciones para Cristiano Ronaldo e Iker Casillas y pasillos y más pasillos de la defensa blanquiazul para que se colaran los delanteros blancos. La agresividad y las tarascadas las reservan para la visita del Barça.
Esta identificación que existe en el feudo del Espanyol con los colores blancos del Real Madrid confirman la personalidad de una afición que está más pendiente de que el Barça pierda que de las victorias de su equipo. Ayer tocaba perder y abrirle el camino de la semifinal de Copa al Madrid. Si los blancos siguen adelante en la competición existen mayores posibilidades de que el Barça no sea campeón de Copa. Que de eso se trata. Así se escribe la historia en Cornellà.
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