El Atlético de Madrid, a modo de excusa por el baño futbolístico que le endosó el Real Madrid en el derbi, se quejó airadamente del colegiado. Expresan su desacuerdo con el penalti de Savic a Cristiano Ronaldo y el criterio a seguir de Fernández Borbalán para sacar tarjetas. Pero, curiosamente, sobre la agresión que Juanfran le propinó a Gareth Bale no comentaron ni una sola palabra. Será porque para los angelitos del Cholo Simeone, al uso desmedido de la fuerza con los contrarios le llaman ‘intensidad’. Palabra que dicen y se quedan tan anchos, mientras reparten estopa a diestro y siniestro. La agresión del lateral español a Bale pasó desapercibida para todo el mundo, menos para los madridistas que no entendían como el árbitro ni siquiera castigase la infracción con amarilla. Con el Real Madrid ganando holgadamente en la segunda parte, Juanfran le dejó un recadito a Bale que probablemente tardará en olvidar. Agarró al galés por la camiseta con la mano derecha y pasó su brazo izquierdo por encima de su cabeza. Con mala baba y totalmente adrede, le metió los dedos en los ojos. Una agresión fruto de la frustración del jugador colchonero, que como ya pasara en las finales de Champions League, volvía a morder el polvo contra el Real Madrid.
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