Sergio Palacios
El
Rubin Kazan ha hecho oficial el
fichaje de
Alex Song, que tenía contrato en vigor con el
FC Barcelona hasta 2017, pero también permiso del club azulgrana para buscarse la vida y negociar su futuro libremente ligándolo a quien quisiera. En el caso de
Alex Song era mayor el interés de Luis Enrique por perderle de vista que el del club por generar algún ingreso con su venta.
Song se va del FC Barcelona sin dejar un euro en sus arcas, a pesar de que hace cinco años llegó procedente del Arsenal después de realizar el club catalán un desembolso de
18 millones de euros. Ni
Pep Guardiola, ni Tito Vilanova, ni Gerardo Martino, ni Luis Enrique han contado con él y los dos últimos años los ha pasado cedido en el West Ham inglés.
Otro precedente peligrosísimo
La prueba de que en el Barça no contaban con él es que ni siquiera fue citado para presentarse a pasar las pruebas médicas como el resto de la plantilla. Con el permiso del club azulgrana,
Song se desplazó el lunes a Kazán para negociar su futuro con el club ruso. Ayer viajó de Londres a Austria para incorporarse al stage de pretemporada que el equipo ruso está realizando por esas tierras. Su principal valedor en el Rubin Kazan ha sido su entrenador,
Javi Gracia, que lo conoce bien de su paso por la liga española con el FC Barcelona y considera que es un refuerzo de lujo para su equipo.
La carta de libertad de
Alex Song, unida a las de
Dani Alves y Sandro suponen un contratiempo para el objetivo recaudatorio del club, que tiene a muchos jugadores en la misma situación y todos exigen el mismo trato: irse con la carta de libertad en el bolsillo y sin dejar un euro en las arcas del club.