No las tienen todas consigo en el centro de la piel de toro. Presumen de equipazo, presumen de liderato, presumen de guarismos, presumen de Balón de Plata o de Bronce, presumen del segundo o tercer mejor entrenador de Europa y presumen de ganar al Barça antes de jugar. Sin embargo, hay algo que delata que no las tienen todas consigo. Hay algo que indica que le tienen verdadero pánico al Barça. Es normal si tenemos en cuenta los precedentes más recientes.
La muestra la ofrece hoy Tomás Roncero en As. A cinco días del partido ya está lamentándose de que Piqué y Alves no deberían jugar en el Bernabéu atendiendo a no se sabe muy bien qué argumentos. Es la prueba evidente de que no las tienen todas consigo si delante se encuentran con un Barça al completo. Mejor diezmarlo y que llegue debilitado, a ver si así se le puede ganar de una puñetera vez en el Bernabéu. Ya intentaron dejar al Barça sin Busquets en la final de la Champions League. Ahora han hecho campaña para impedir que Piqué juegue el clásico utilizando el mismo argumento que debería servir para que tampoco lo juegue Xabi Alonso. La última, en esa enfermiza obsesión que tienen por rearbitrar los partidos del Barça, han descubierto que en un lance del Barça-Levante Alves y Del Horno se tocaron con los codos. Conclusión: que no juegue Alves contra el Madrid.
Patéticos argumentos. Se hablará mucho en la previa del partido, pero a la hora de la verdad no valen los argumentos malintencionados para debilitar al contrario. Tampoco vale meter el dedo en el ojo a nadie. Así no se marcan goles. Los partidos los ganan los jugadores y, normalmente, el mejor equipo, el más conjuntado, el que mejor combina y maneja la pelota. Ahí hablará el Barça para dejar en evidencia a los voceros de lo absurdo.