Carlos Muñiz Zinedine Zidane tiene muy claro quiénes son sus tres delanteros titulares: Bale, Bernzema y Cristiano Ronaldo. Y también tiene clarísimo quiénes deben jugar en su centro del campo ideal: Kooos, Casemiro y Modric. Y como primer suplente, Kovacic en el centro del campo, y Lucas Vázquez en la delantera. No hay sitio ni para Isco ni para James. Zidane los retendría a los dos en su plantilla porque no duda de su calidad futbolística, pero también entiende que a dos jugadores de su calidad no se les puede tener pudriéndose en el banquillo. Uno de los dos sobra. Con uno en el banquillo es suficiente. Y el elegido para salir es Isco. No porque Zidane considere que James es mejor jugador, sino porque el andaluz es más fácil de colocar en el mercado. James Rodríguez costó 80 millones hace tres años y el Real Madrid no puede venderlo por menos de 60 millones para hacer rentable la operación. Con Isco es diferente. Su fichaje, que costó 30 millones, está ya prácticamente amortizado y no costará nada colocarlo. De hecho, aunque no se hayan hecho públicas, al Bernabéu han llegado diversos ofreciemientos para hacerse con el jugador. Unos pidiendo su cesión. Otros, su traspaso. Y lo cierto es que en este último supuesto han sido varios los clubs que han mostrado su buena predisposición a pagar por él más de los 30 millones que costó en su momento.
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