Pol Brugarolas
Las decisiones arbitrales han aportado toques de escándalo a los clásicos a lo largo de la historia, con polémicas sonadas que han quedado en la memoria de los aficionados. Por ejemplo, en 1912 en un choque en el que los azulgranas se quejaban por el criterio del árbitro que castigaba con falta todas sus acciones. Los jugadores se marcharon del terreno de juego indignados a falta de diez minutos para la conclusión del choque. Fue el inicio de lo que sería una rivalidad pasional.
Con el 11-1 empezó todo
Pero donde empezó de verdad la auténtica rivalidad entre el Real Madrid y el FC Barcelona fue en 1942, poco después de acabada la guerra civil española con victoria de las tropas del dictador Franco. El FC Barcelona recibió al Real Madrid en la semifinal de la Copa del Generalísimo. Venció el Barça por 3-0 y el pescado parecía vendido de cara al partido de vuelta. Pero en ese encuentro sucedieron acontecimientos muy extraños que explican que el equipo blanco le diera la vuelta a la eliminatoria venciendo por 11-1, la derrota más abultada de la historia del FC Barcelona.
Fue el 13 de junio de 1942. No hubo incidentes en el partido de ida, pero dos periodistas madrileños (uno de ellos el jefe de prensa de la Delegación Nacional de Deportes) soliviantaron a los aficionados madridistas con informaciones falsas sobre el trato recibido por el Real Madrid en Barcelona. El objetivo era caldear el ambiente y lo consiguieron.
El Barça fue recibido a pedradas en la estación de Chamartín por una muchedumbre que esperaba a los jugadores para intimidarles con insultos y amenazas. Y luego, en el partido, hasta la propia directiva del Real Madrid colaboró para generar un ambiente hostil contra el Barça repartiendo un silbato a cada aficionado. Los jugadores barcelonistas quedaron sorprendidos cuando antes de empezar el partido aparecieron en su vestuario el General Moscardó, como presidente de la Delegación Nacional de Deportes, acompañado por el director general de Seguridad Nacional con el ánimo de amedrentarles con consejos de cómo debían comportarse para no "provocar avalanchas". Y en los mismos términos se expresó el árbitro.
Los jugadores del Barça salieron al campo nerviosos ante un clima de hostilidad nunca visto hasta entonces. El portero Luis Miró no podía colocarse bajo los palos por las piedras que le llegaban desde la grada si lo hacía, lo que sirvió para que los delanteros madridistas encontraran la puerta vacía en sus avances. Los jugadores del Barça dieron por perdido el partido y la eliminatoria a los pocos minutos de iniciarse el partido conscientes de que si mostraban algún tipo de oposición, sería considerado como una provocación. Y se limitaron a esperar el final del partido mientras iban subiendo al marcador los goles de un rival que cinco días antes había perdido por 3-0 en Les Corts. Hubo invasión de campo, algunos jugadores fueron agredidos y la autoridad competente multó al Barça con 25.000 pesetas como responsable de los incidentes acaecidos en Chamartín.
La final de las botellas
Fue la final de Copa, entonces del Generalísimo, más tormentosa de la historia. Ocurrió el 11 de julio de 1968. Real Madrid y FC Barcelona se veían las caras en el Bernabéu, ante el Caudillo. Ganó el Barcelona por 0-1 gracias a un gol tempranero de Zunzunegui en propia puerta. Pero la actuación del árbitro mallorquín Antonio Rigo logró desquiciar a los aficionados madridistas, que eran amplia mayoría en la grada. Con el paso del tiempo Rigo admitiría en una entrevista que "La final de las botellas me hizo antimadridista. Esa final no ha acabado nunca para mí y las secuelas han marcado para mal mi vida. Por eso siempre he preferido que le fuera mal al Madrid",. Eso lo dijo en 2005, dos años antes de fallecer.
El público le reclamó dos penaltis sobre Serena y Amancio que no concedió. "No vi penalti a Amancio y Serena se tiró. Serena se tropezó y me quiso engañar dejándose caer cuando entró siete milímetros en el área", dijo Rigo, del que algunos medios madrileños de la época aseguraron que el FC Barcelona le puso un chalet y un negocio en Mallorca. "El Barça nunca me ofreció nada, ni siquiera tengo una insignia. Sin embargo el Madrid, Antonio Calderón, creo que era gerente del club... Pues en la caseta, antes del partido, me dijo que me iba a hacer un buen regalo. Que era costumbre del Madrid regalar un reloj de oro. Supongo que era condicionado a la victoria de su equipo, porque aún estoy esperando ese regalo". Esa fue su respuesta.
El público del Bernabéu se puso a lanzar botellas al terreno de juego dejándolo impracticable cuando el Barcelona dio la vuelta de honor al campo con la Copa. José Antonio Zaldúa, capitán del Barça en esa época, manifestó: "Ha sido un partido que hemos merecido ganarlo. Hemos tenido más fuerza que ellos. Ahora bien, el árbitro les ha consentido caídas y les ayudó en todo lo que pudo. Desde luego, lo que es increíble ha sido el comportamiento del público. Una minoría ha estado pésimamente mal"
Y así lo explicó el NODO: "Unos cuantos energúmenos arrojan botellas al campo. Si las cosas siguen así, habrá que poner rejas". Nueve años después, en 1977, se instalaron en todos los campos. A raíz de esta final también se prohibió la venta de botellas en los estadios.
El escándalo Guruceta
El árbitro Zariquiegui la lió en la ida de los cuartos de final de la Copa del Generalísimo disputada el 6 de junio del 1970 dando por bueno un gol conseguido por Amancio en claro fuera de juego.
En el partido de vuelta arbitrado por el inolvidable José Emilio Guruceta se vivió el mayor escándalo que se recuerda en el Camp Nou desde su inauguración en 1957. Velázquez corría con el balón en un contragolpe blanco y estaba a punto de entrar en el área cuando Rifé le derriba. La falta se produjo un metro y medio fuera del área, pero Guruceta la vio dentro y señaló penalti, un penalti que dejaba al Barça eliminado de la Copa. La indignación del Camp Nou fue tal, que tuvo que suspenderse el partido por lanzamiento masivo de almohadillas. Así, y poblando la grada de pañuelos blancos y gritos de "fuera, fuera", reaccionaron los más de 100.000 espectadores que llenaban las gradas del recinto barcelonista.
Eladio fue expulsado por decirle al colegiado: "eres un madridista, no tienes vergüenza". Guruceta tuvo que ser escoltado por las fuerzas de seguridad para salir del Camp Nou y fue recusado a perpetuidad por el FC Barcelona pese a la intervención del entonces presidente de los árbitros, José Plaza, que le defendió a capa y espada. El asunto se resolvió con 90.000 pesetas de multa al FC Barcelona. Durante muchos años, hasta su muerte en accidente de tráfico, el Camp Nou utilizó el apellido Guruceta para insultar a los árbitros que cometían errores en ese recinto.
La butifarra de Schuster
Y ha habido más sucesos escandalosos y polémicos desde entonces. Por ejemplo, en 1983, Bernd Schuster, que acabaría jugando en el Real Madrid, obsequió al público madridista con uno aparatoso corte de mangas cuando Marcos Alonso logró el tanto de la victoria del Barça en la final de Copa disputada en La Romereda de una manera inesperada. La acción la repetiría Giovanni en 1996 en el Bernabéu y Pepe en la final de Copa de 2011 en Valencia.
Luego llegó el pisotón de Hristo Stoichkov en 1990 al colegiado Urizar Azpitarte tratando de defender a su entrenador Johan Cruyff después de ser amonestado por el árbitro. En ese momento Hugo Sánchez se tocó sus partes dirigiéndose al público del Camp Nou para responder a los insultos recibidos durante el partido. Y poco después llegó el mecharazo en la cabeza de Roberto Carlos en el Camp Nou, así como la agresión a Reina, entonces portero del Barcelona, en el Bernabéu al ir a recoger un balón cerca del público.
La primera visita de Figo al Camp Nou
El 23 de noviembre de 2002 siempre será recordado como la noche en la que Camp Nou recibió a Figo en un clima de hostilidad nunca visto hasta entonces. El futbolista portugués pasó de ser amado en el Camp Nou a odiado. Del amor al odio hay un paso, dicen. La afición barcelonista no entendió la traición de Figo yéndose al "enemigo" y no le perdonó la jugarreta sabiendo que era feliz en el Barça. Pancartas ofensivas, gritos, insultos y lanzamiento de todo tipo de objetos, desde mecheros hasta botellas de whisky pasando por la famosa cabeza de cochinillo, que pasaría a la posteridad. Cada vez que Figo iba a lanzar un córner se producía una lluvia de objetos que revoloteaban sobre su cabeza. No cerraron el Camp Nou.
La agresión a Tito Vilanova
Fue el 18 de agosto de 2011. Se jugaba en el Camp Nou un Barça-Real Madrid de vuelta de la Supercopa. El titulo parecía en el bolsillo del Real Madrid. después del 2-2 de la ida, dominaba 1-2 en el Camp Nou... hasta que apareció Messi y le dio la vuelta al marcador en los minutos finales. Se organizó una tangana monumental en la que Mourinho puso el colofón agrediendo a Tito Vilanova, de quien luego dijo que no sabía quién era. Marcelo fue expulsado por agredir a Cesc, y también Özil, Fue la culminación de una etapa de alta tensión en los clásicos que coincidió con la presencia de Jose Mourinho y Pep Guardiola en los banquillos de Real Madrid y FC Barcelona.
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