Fede Peris
Era una sensación muy extendida ayer en el palco del Camp Nou. ¿Asistimos al último partido en el Camp Nou de Andrés Iniesta en competición europea con la camiseta del Barça? Podría ser.
No se trata de señalar a nadie. Y menos a Andrés Iniesta. El Barça jugó ayer con su equipo de gala, sin inventos, sin ataques de entrenador. Con los mejores. Y el Barça no respondió a la prueba. No sólo no consiguió el objetivo de la remontada sino que tampoco ofreció en ningún momento una sensación de superioridad sobre su rival que permitiera recordar al equipo que hasta hace unos meses se paseaba por España y por Europa. El dato de que sólo disparó una vez a puerta entre los tres palos lo dice todo.
El fin de ciclo de Iniesta
La sensación de fin de ciclo estaba en boca de todos ayer en el palco. Y la figura de Andrés Iniesta representa en enlace entre el pasado y el futuro. En puertas de su millonaria renovación (por encima de los diez millones anuales netos), el club se plantea la necesidad de que Iniesta siga en el equipo. Nadie duda de su excelente nivel técnico, pero su aportación ha ido a menos en los últimos años y su participación en el juego del equipo no está a la altura de lo que se espera de un futbolista de un palmarés glorioso como el suyo.
Iniesta es aún joven para pensar en la retirada (32 años), pero se le empieza a ver mayor para liderar el centro del campo de un Barcelona con objetivos exigentes. No basta ya con un par detalles técnicos de maestro. De Iniesta se espera algo más que anoche, por ejemplo, ante la Juventus, no aportó. Y Messi se queda muy solo para hacerlo todo él, y Neymar y Suárez no encuentran apoyo en el centro del campo para desarrollar su talento. La situación para Iniesta es delicada. Ni él quiere ser una carga para el Barça ni el club le desea una salida del club que no esté a la altura de lo mucho que ha hecho por este equipo. La salida ideal era ofrecerle un cargo técnico en su staff, pero Iniesta entiende que todavía está para seguir jugando y no lo va a aceptar... al menos de momento.
La renovación está más en el aire que nunca
En este momento, su renovación se antoja imposible. Le queda un año de contrato y el club está por la labor de agotarlo y no renovarlo mientras se espera que su papel de protagonista en el equipo decrezca de manera considerable la próxima temporada. Queda por ver lo que decidirá al respecto el nuevo entrenador, pero lo cierto es que ya en esta temporada Iniesta ha jugado menos minutos que André Gomes. Es cierto que no ha faltado en los grandes partidos, pero Luis Enrique ha ido espaciando sus apariciones hasta convertirlo en el jugador número trece de su plantilla por minutos jugados.
En este momento la opción que está sobre la mesa es que Iniesta siga los pasos de Xavi, acabando su carrera en un retiro dorado y menos exigente que el FC Barcelona. Eso podría llegar al término de la presente temporada o al final de su contrato el 30 de junio de 2018. Lo que empieza a ser evidente es que el ciclo de Iniesta en el Barça toca a su fin y que todos desean que el final llegue de la mejor manera posible para una leyenda viva de la historia del club.
El club ya trabaja a fondo con su relevo y ha iniciado negociaciones con Verratti y Coutinho para ocupar su lugar.
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