Carlos Muñiz
El discurso ambiguo de Isco Alarcón despierta recelos en la zona noble del Real Madrid, en donde sospechan que el FC Barcelona podría estar enredando para conseguir su fichaje.
Por un lado Isco dice que la situación en la que vive no tiene más culpable que él, ya que fue suplente con Ancelotti, con Benítez y con Zidane. Confiesa también que Zidane le advirtió este verano de que jugaría pocos minutos, y aún así quiso seguir en el Real Madrid. Y también afirma que su deseo es triunfar en el Real Madrid, pero que si no tiene oportunidades deberá pensar en hacerlo en otro sitio. Sorprende en el Real Madrid este grado de amargura cuando él mismo ha reconocido que Zidane le avisó de que iba a dejar de ser una pieza básica en el once titular.
La estrategia del Madrid para desactivar el interés del Barça
Lo cierto es que la previsión de Zidane se ha cumplido.
Isco es el segundo jugador de campo menos utilizado esta temporada por Zidane. Apenas 127 minutos. Sólo le supera Mariano (13´) y Coentrao, que no ha llegado a estar nunca en condiciones de jugar por sus problemas físicos. El pasado año
compitió con James por ser la primera alternativa a los titulares y le ganó la batalla al colombiano. Pero esta temporada hay algo en su actitud en los entrenamientos que no acaba de convencer a Zidane.
El tema está encallado y no parece que el futuro pueda ser mejor para Isco en el Real Madrid, con el que tiene contrato hasta junio de 2018 y una cláusula de rescisión de 150 millones. En el club blanco preparan una
estrategia para evitar que Isco pueda acabar en el Barça. Se le plantearía una mejora de contrato (es uno de los que menos cobran de la plantilla blanca) ampliando su duración hasta 2020, lo que permitiría al club ponerlo en el mercado para sacar un beneficio por su venta (según la prensa italiana la Juve estaría dispuesta a pagar 40 millones por él).
De esta manera el Madrid desactivaría los movimientos del Barça, que pasan indefectiblemente porque Isco siga en el Real Madrid hasta el final de su contrato en 2018 (tendría entonces 26 años) para ofrecerle en ese momento un puesto en su plantilla a coste cero y con un contrato que podría multiplicar por cuatro sus ingresos actuales en el Real Madrid. En el club blanco son conscientes de que Isco es un jugador que gusta en el Camp Nou por sus características. De hecho, cuando Isco firmó por el Real Madrid en 2013 ya se habían producido contactos entre el FC Barcelona y el Málaga para su contratación. En el Camp Nou entienden que
Isco tiene el ADN Barça y ven en él al que podría ser
el futuro Iniesta, que en 2018 ya tendrá 34 años y se encontrará en la pendiente descendente de su carrera.
Son las sospechas fundadas que se han extendido como la pólvora en el Real Madrid, de ahí que exista la intención de presentar al jugador un contrato de renovación para que sea el club quien elija el destino del jugador siempre y cuando el entrenador del Real Madrid no cuente con él. En los despachos de Concha Espina confían en que Isco renuncie a la supuesta petición de aguantar dos años de banquillo -lo que queda de esta temporada y otra más- para acabar finalmente en el Barcelona. Lo que es seguro es que antes de 2018 el Real Madrid no traspasará nunca a Isco al Barcelona.