Carlos Muñiz
CARTA ABIERTA A LOS JUGADORES DEL REAL MADRID
En
Barcelona esperan con los cuchillos afilados. Los que odian al
Real Madrid de forma proporcional a la descomposición de tripas que provocan sus éxitos gloriosos, se sentarán ante el televisor para veros intentando transmitiros todas las vibraciones negativas que estén a su alcance. No os podéis imaginar las ganas que os tienen y la necesidad que sienten de que volvais derrotados de
Milán.
Le ponen velas a la
Moreneta para que interceda en contra de lo blanco. Y vibrarán con el juego del
Atlético, vuestro rival, ese mismo juego que detestan porque la excelencia es la del Barça y todo lo que no sea entender el fútbol como el
Barça, con su juego cansino, aburrido y previsible, es un sacrilegio. Pero harán una excepción y todos irán con el
Atlético con la insana esperanza de que volváis de
Milán de vacío.
Saben que una
Champions League puede borrar cualquier copa, copita o copichuela y echar por tierra lo que han estado magnificando en los últimos días. Y necesitan que perdáis para restregaros por la cara la
Liga y la
Copa de andar por casa que han ganado. Y os recordarán también el "
nadaplete", un término que ha hecho fortuna en los últimos días como deseo aplicable al
Real Madrid.
Lo tienen todo preparado para lanzar contra vosotros y contra el club una campaña de desprestigio. Y no. No podéis volver sin la copa. Necesitamos que cerréis el pico al antimadridismo. Que lo dejéis sin argumentos. Que ganen lo que quieran, pero nosotros tenemos que presumir de vosotros y de
Undécima. Necesitamos el 11 a 5 contundente que pone a cada uno en su sitio. Al club más grande de la historia y a su competidor convertido en moda pasajera que igual que llega se va.
Chavales, no podéis fallar. Hacedlo por los que os quieren bien. Pero también por los que están esperando vuestro fallo para echarse encima. Volved con la Copa. Haced que dos manos no sean suficientes para contar vuestra grandeza mientras a los otros les basta con una mano para marcar sus límites. Volved con la Copa y que callen, porque ahora nos toca a nosotros.