Antiviolencia concede trato de favor al Real Madrid

La Comisión Antiviolencia ha propuesto una multa de 4.000 euros al RCD Espanyol por sus cánticos y pancartas en la reciente visita del FC Barcelona a Cornellà para disputar el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey, competición de la que el equipo periquito fue apeado por un contundente 6-1. Es una muestra más del trato de favor que recibe el Real Madrid. Ese día, al margen de los tradicionales insultos en ese estadio, Cornellà se llenó de pancartas ofensivas contra el Barça. La Comisión Antiviolencia las ha estudiado y ha decidido sancionar con 4.000 euros al Espanyol. La decisión es llamativa por cuanto en el comunicado se especifica que entre las pancartas causantes del castigo se encuentra una que expresaba: "Pau, tu pie nos señala el camino". Los sesudos sancionadores de la Comisión Antiviolencia han entendido que esta pancarta, así como la de "Shakira es de todos" era merecedora de una sanción ejemplar.

El dedo de Mourinho

Y llama la atención porque hace unos años, cuando Jose Mourinho entrenaba al Real Madrid, un día le dio por meterle el dedo en el ojo al entonces segundo entrenador del Barcelona, Tito Vilanova, en una agresión cobarde y barriobajera. Al margen del discutible castigo al técnico (un partido de suspensión), en el siguiente encuentro que disputó el Real Madrid en casa apareció una pancarta gigante confeccionada por la Peña Madridista La Clásica en la que se podía leer: "Mou: Tu dedo nos señala el camino". Apología a la violencia pura y dura que no sólo no fue condenada por el Real Madrid (que retira las pancartas que piden la dimisión de su presidente) sino que ni siquiera mereció la más mínima atención del Consejo Superior de Deportes ni de sus órganos sancionadores. Y además fue jaleada con ovación incluida mostrándose en rigurosa primicia informativa en el programa de Josep Pedrerol que entonces se llamaba Punto Pelota y emitía Intereconomía. Ahora, por lo mismo, se las carga el Espanyol. Y el Real Madrid, como siempre, de rositas. Con su reglamento particular que casi nunca coincide con el de los demás.

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