El diario británico Mail On Sunday, bebiendo de fuentes próximas a Robert Martínez, afirmaba ayer que Robert Martínez podría abandonar el Everton para hacerse cargo del FC Barcelona en sustitución de Gerardo Martino. No sería ninguna sorpresa. El nombre de Martínez figura en la terna de favoritos que manejan Andoni Zubizarreta y los directivos que tienen voz y voto en el tema junto a los ex jugadores Luis Enrique, Ernesto Valverde y Frank De Boer. No hay más. Uno de ellos será el próximo entrenador del FC Barcelona.
A sus 40 años Robert Martínez ha labrado su fama como entrenador. Como futbolista jugó en las categorías inferiores del Zaragoza, llegando a debutar en Primera con el equipo maño ante el Atlético de Madrid. Fue su primer y último partido en la División de Honor española. Volvió al Balaguer de su ciudad natal y luego hizo las maletas para probar fortuna en el fútbol inglés con el Wigan, en Tercera División. A base de goles fue ganándose a la afición hasta el punto de ser nombrado en una encuesta popular "mejor jugador de la historia del Wigan", con el que jugó 188 partidos marcando 17 goles. Después de una corta experiencia en Escocia con el Motherwell, regresó a Inglaterra para enrolarse en el Walsall y posteriormente en el Swansea, en donde ya ejerció como entrenador-jugador antes de dedicarse por entero a dirigir desde el banquillo.
Debutó como entrenador en la temporada 2007-08, logrando el ascenso con el Swansea y obteniendo el título de mejor entrenador de la categoría. En la temporada siguiente el Spanish Swansea, por los seis españoles que jugaban en sus filas, quedó a un paso del ascenso a la Premier League. El Celtic se interesó por él, pero finalmente acabó recalando en el Wigan, que pagó dos millones de libras por su traspaso. Dinero bien invertido porque en las tres siguientes temporadas Martínez logró el objetivo por el que había sido fichado: la permanencia en la Premier League. Además, en la temporada 2012-13, Robert Martínez se proclamío campeón de la FA Cup con el Wigan, venciendo en la final al Manchester City, aunque, lamentablemente, el equipo perdería ese año la categoría.