Sólo fútbol

No en vano, exagerada es la superioridad del Barça y el Madrid sobre el resto de los equipos. Y no sólo en España, si no también en Europa, donde los Manchester, Chelsea, Inter, Milan, Juventus o Bayern no transmiten sensaciones lo suficientemente positivas como para pensar que pueden hacer cosquillas a barcelonistas y madridistas.

 Nos hallamos ante un Barça-Madrid excepcional. Los dos mejores equipos de Europa, que es tanto como decir del mundo, frente a frente. Sería bueno, pues, que nos dejáramos de polémicas, provocaciones y demás historias para no dormir y disfrutáramos del momento futbolístico especial que vivimos. El Barça, con ocho campeones del mundo, con los futbolistas mejor dotados técnicamente para desarrollar el mejor fútbol que en estos momentos se puede hacer en el planeta, contra el Madrid, un equipo que Mourinho ha hecho extraordinariamente competitivo a partir de las armas que le ofrecen unos futbolistas rápidos y con mucho gol dotados para el juego de contraataque.

El tiqui-taca, con Messi, Xavi e Iniesta, contra el mejor contragolpe, con Cristiano Ronaldo, Ozil e Higuaín. Un lujo para que los aficionados disfruten. Es tanto el talento que habrá sobre el terreno de juego del Camp Nou, que sería un pecado distraernos con los ataques verbales de Cristiano Ronaldo o las insinuaciones interesadas de Mourinho. El Barça hace bien en no responder, primero porque no le interesa pensar en otra cosa que no sea fútbol y segundo, porque con ello contribuye a no calentar un ambiente que a todos conviene que sea de auténtica rivalidad, pero a nadie que derive en violencia. Sólo fútbol y nada más que fútbol.

Que cada equipo salga con los mejores y, detalle muy importante para el espectáculo, fiel a sus principios. No tengo ninguna duda, en este sentido, de Guardiola. El Barça no sabe jugar de otra manera que teniendo el balón, moviendo al rival a base de toque y más toque para crear espacios y habilitar a sus rematadores en la posición más ventajosa posible. Tampoco de Mourinho, que se encuentra más cómodo sin el balón y esta vez no tendrá que hacer ningún esfuerzo especial, pues el rival no se lo dará.

Pero no me gustan los rumores cada vez más intensos sobre que podría jugar Lass en lugar de Ozil. Eso significaría que hay miedo, que se juega en función del adversario y esto siempre implica renuncia, renuncia a buscar al rival, a aplicar la táctica en la que el equipo se siente fuerte… El lunes saldremos de dudas, pero yo quiero un Barça a tope y un Madrid sin reservas. Si es así, el espectáculo estará asegurado. 

 

Joan María Batlle - Director Adjunto del Diario Sport

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