¿Por qué Cruyff no puede ser presidente de honor?

Ayer fue enterrada la madre de Carles Rexach, historia viva del FC Barcelona. Al funeral acudieron las fuerzas vivas del barcelonismo. Presente y pasado se citaron allí para testimoniar a Rexach su condolencia por tan irreparable pérdida.

Pues bien, el que fue nombrado a dedo, sin consultar a nadie y con un coste de 72.000 euros, presidente de honor del club ni se dignó a aparecer por allí. Seguramente debió de pensar que no le pagaban por ceder su imagen al acto.

Johan Cruyff, que se ha distanciado de Charly Rexach en los últimos años, ha demostrado que le puede el rencor y sus intereses particulares. En un momento así hay que demostrar que se está por encima de posibles diferencias que puedan existir. El Barça y las personas están por encima de sus ideas revanchistas. Él no lo ve así y prefiere seguir con su actitud de francotirador desde su tribuna de El Periódico y aprovechando cualquier oportunidad que le brindan para esparcir porquería sobre los que no son sus amigos.

Él sabrá por qué lo hace. En el sepelio de la madre de Rexach el barcelonismo entendió por qué ensució la imagen del club ante el mundo tirando la insignia del Barça. Para él los símbolos no existen porque no hay más símbolo que él.

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